Hace 15 años el sector de la tecnología pesaba un 6% en los mercados globales y hoy pesa más del 24%. Un sector cuyo crecimiento, y su rentabilidad, es imparable si se compara con el mercado de renta variable global. Y eso que, a pesar de la historia, es un sector que todavía está en pañales aunque este año nos haya demostrado hasta qué punto es vital en nuestras vidas. Rolando Grandi, gestor del fondo Echiquier Artificial Intelligence en La Financiére de L´Echiquier reconoce que la pandemia ha servido para acelerar tendencias que ya estaban en nuestras vidas. Netflix, los juegos online o el comercio electrónico han tardado 25 años en pasar del 0 al 10% en el mercado retail de distribución y en cinco meses ha mutiplicado por dos esa tasa de penetración. No ha habido un evento en la historia que haya acelerado tanto dinámicas que ya existían como lo ha hecho la pandemia, lo que nos permite movernos hacia el futuro y ver cuál será la temática de inversión del mañana”.
Los datos que manejan las grandes corporaciones, como Microsoft, es que el porcentaje de la tecnología sobre el PIB mundial se multiplicará por dos en diez años. Y la Inteligencia Artificial será la esencia de toda aplicación tecnológica. Una temática que se ha desarrollado con fuerza al calor de un menor coste de almacenaje (que ha caído un 90% en los últimos ocho años) y una mayor demanda. Un dato curioso: en 2018, según un estudio de McKinsey, se vendieron 3,2 billones de cepillos de dientes en el mundo pero exitían 5 billones de teléfonos inteligentes ese mismo año. “Una muestra de dónde caminamos y hacia dónde vamos. Una megatendencia, la del avance tecnológico, que ofrece a los inversores exposición a las fuentes de rentabilidad que surgen de las fuerzas estructurales que transformarán la sociedad, la economía y el medio ambiente en próximas décadas”, asegura André Themudo, Head of wealth BlackRock Iberia.
Una transformación en la que la Inteligencia Artificial (IA) será la clave. Leonardo López, Country Head Iberia y Latam de ODDO BHF asegura que será el campo que tenga más crecimiento incluso que el propio sector tecnológico. Una tendencia ganadora “por la transversalidad que tiene y el impacto en cualquier tipo de industria. Las empresas del mañana tienen que ser inteligentes artificialmente. Según Gartner, la IA crecerá a tasas de 25% hasta 2025, más del doble de lo que lo hará el sector tecnológico. Con lo que cualquier industria o cualquier sector que no aplique IA en su proceso de creación de valor para el accionista estará fuera de juego”. Incluida la propia industria de gestión de activos.
Una industria en la que también impactará, aunque más dentro del sector financiero, el Blockchain. “A medida que esta tecnología vaya siendo más conocida y muchos reguladores, no sólo en EEUU, miren tanto las criptomonedas como la tecnología que hay detrás del Blockchain para implementarlo en el sector financiero, se tendrán procesos más eficientes. Una parte que tendrá más importancia es en el parte de compra y venta de acciones y en el settlement. Creemos que tanto IA a nivel más global como Blockchain, en el sector financiero, serán dos tecnologías muy importantes”, dice Adriá Besó, responsable de ventas en España de WisdomTree.
Una situación en la que la tecnología, lejos de restar el protagonismo al gestor, hará que su figura sea más importante que nunca. “La máquina o la tecnología nos puede ayudar si sabemos introducir lo que queremos dentro de una máquina, con lo que el factor humano es imprescindible. Siempre hay un componente visible – informes de mercado, informes de compañía, ratios financieros pero hay muchas cosas menos tangibles, que no se ven a primera vista, y donde el componente humano es fundamental”, dice Themudo.
De hecho, cuando pensamos en la gestión de activos o de fondos, “la IA es una herramienta más que usaremos a nuestro favor para ir hacia el camino, que no es ser humano contra máquina sino la convivencia de ambos para mejorar nuestras capacidades y hacer las cosas cosas más productivas”, dice Grandi. Este experto se pregunta qué cuenta a la hora de invertir ¿un dato del pasado o lo que ocurrirá en el futuro? “Ahí veremos cómo el factor humano y la máquina tienen dos roles muy complementarios. La máquina tiene capacidad para manejar un gran volumen de datos que un ser humano no puede (sobre todo por tiempo) sin embargo, la tendrá más dificultad para decir cómo se tiene que invertir”. Desde ODDO BHF reconocen que precisamente la Inteligencia Artificial para ser inteligente necesitan que le enseñan y, por el momento, lo hacen los humanos. Una gestora que cuenta “con un algoritmo que lee 4 millones de datos cada día y llega donde los gestores no alcanzan pero hay momentos en que el factor humano se vuelve muy importante como que el algoritmo puede que no interprete bien determinados idiomas o que piense que una compañía está para comprar por ratios financieros sin discriminar si está inmerso en una operación corporativa o no”.